viernes, 29 de marzo de 2019

Vilar Formoso

El pueblo más cercano a España vía Ciudad Rodrigo.
Antiguo paso de aduana.
A veces nos quedamos únicamente con lo que pasamos en coche
y es conveniente adentarse en sus entrañas
para descubrir sus recónditas huellas y piedras.
 

Rúas de comercio, bastande decaído,
 
antiguas casas solariegas,

portones,

viviendas con postín,

calles aisladas.
   

Cruzamos el río para ir a la parte antigua.


Muros y suelos empedrados,
   

casas desvencijadas,
   

la huella de la juventud en las peñas,
   

la iglesia,
  

vistas de la parte nueva,
   

algún que otro perro, de esos que ladran,
   

y un admirable gato.
  

Me llamó la atención no ver más que edificaciones,
   

sin ninguna tienda ni bar cercano.
   

Vimos también una especie de cobijo que parecía ermita...
   

y resultó ser garaje.
 



Estación de tren de Vilar Formoso

Vilar Formoso, punto de llegada de trenes desde Madrid a Portugal.
Su estación es una digna exposición de los famosos azulejos portugueses
con motivos de su geografía y gentes.
 

Primero vimos la exposición
   

en un largo pasillo con fechas indicadas


fotografías,

escritos,

objetos,

murales,

un bikini...

Está ubicada en una parte de la antigua estación de tren habilitada

Todo un homenaje a la hospitalidad lusa.

Después un extenso recorrido por los azulejos

alrededor del edificio de la estación
 

contemplando la multitud de referencias a sus lugares
   

y a sus gentes

Lisboa
   

Evora


Coimbra

pastor


minhota


y las entradas a los aseos.
   



De Espeja a La Alamedilla

Domingo 24 de marzo, esta ves con Anda-ya.
Nos dirigimos al suroeste de la provincia, Espeja,
para siguiendo camino de tierra llegar a La Alamedilla.
 
Desayunamos en u bar de carretera y partimos a pocos kilómetros de Espeja.


Enseguida pisamos el camino de tierra, que no abandonaríamos.


Pasamos entre fincas particulares dedicadas a ganadería...


caballos
   

reses,



cerdos,
   

ovejas...


Verdes pastos


ruinas


cielos esplendorosamente azules,


arboles desnudos,
   

alambradas...
   

Hasta desembocar en La Alamedilla
  

con sus coloridas casas y su inhiesta iglesia.