Nuestro cielo castellano es alegría azul,
luz deslumbrante,
vida en el ánimo...
Pero hay días cambiantes,
grises y enfadados,
que dejan un poso de amargura e intranquilidad,
no de esos de sonora lluvia,
que realmente son revitalizantes...
Y, como hacemos en las dificultades,
pugnamos por encontrar un escondrijo
por el que huir y escaparnos
como imperceptibles rayos de luz
que son contraste de las negruras
y marca de esperanza.
y marca de esperanza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario