Blanca
en la mañana de primaverauna flor
jugaba entre las sombras
prestada su pureza
en piel aterciopelada.
A su alrededor
verdes hojas la arropaban
mientras la luz era escasa,
así cedía su áureo ojo
el tañer violáceo
a los ligeros brotes.
Pliegues entreverados
despliegan su corola,
claridad contra tiniebla,
se espejan
en simple lisonja,
una flor
soporta en la intimidad
su belleza.
© José Luis
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