Las nueve en el reloj
poco nuevo salvo el languidecer de la tarde
entre los rumores de apreciados acordes…
¡la música reverbera en los sentidos original
siempre, con esa cadenciosa y encriptada letra…!
La calidez que guarnece la habitación contrasta
con la crudeza del aire chocando con las ramas
que se agitan desamparadas de sus otoñales hojas.
Este equinoccio es estación de la desnudez,
de la necesidad de despojarse de lo superfluo,
quizá de soterrar la desconfianza del invierno
ante la inmediatez de las horas oscuras
y de la exploración retrospectiva del pasado.
Resuena el ronco rumor de hojas caídas
así las canas que me cubren van sonando,
anuncian que he de vaciar los estantes
repletos de recuerdos y remotos objetos
y dejar que sean de nuevo mis sentidos
los que llenen estas épocas venideras…
Al igual que las letras de las canciones
mis palabras se me van volviendo enigmáticas.
© José Luis
No hay comentarios:
Publicar un comentario