Dejaré que mis dedos
pulsen
en el manantial del limbo
la búsqueda del sentido…
de cualquier cosa
que me revele
viviente… de este mundo.
Me entretienen las notas
cadenciosas
de voces que el computador guarda
y me dejo llevar por letras
que en este desfilar del otoño
me consuelan…
Agotado ya octubre
la bienvenida doy a noviembre
anhelando de sus colores la viveza…
efecto inquebrantable de renovación.
Los momentos se suceden y avanzan
indefinibles…
cruel cordial adversario
devora lo que es más valioso…
no hay pausa en la verdad,
la eventualidad de una nueva madrugada
es mi petición diaria.
Contiguo a la ventana mi mirar
en las mortecinas luces se esconde
habiendo visto el ardiente atardecer,
la sutileza verdeazulada del cielo
y el más inextricable negro.
La expectación del domingo
en su cercanía por la naturaleza
motiva y alegra mi esperanza
de encontrar en la razón humana
la salvaguarda de la eternidad.
© José Luis
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